Ana María Velázquez Anderson, autora caraqueña,
ha publicado dos libros de narrativa y uno de poesía. Es egresada del VIII
taller de narrativa del Celarg, 1995. Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela, UCV, ganadora del VI Festival literario
ucevista, 2003, mención narrativa con jurado integrado por Carlos Noguera,
Wilfredo Machado y Pedro Delgado y del primer lugar del Premi0 nacional de poesía Alejo Moreno, 2009,
Fundación de poetas San Joaquín, estado Carabobo. Colabora en varios medios literarios.
Antes del viaje le había dicho
a Julio que desde siempre había adorado Praga, desde que había leído a sus autores,
Kafka, Kundera, Meyrinck y que aquella idea de ir allá, una vez recibido el
nuevo año en Berlín, me ponía a danzar con la música de la radio de la cocina encendida
a todo dar, cosa rara, dada mi tendencia natural a la melancolía. Por supuesto
que cuando Julio llegó un viernes en la tarde con la guía Michelin y la de Lonely
Planet, puse manos a la obra para planificar el viaje y así no perder tiempo al
llegar, después de todo íbamos a estar allá sólo unos días.
-También la podemos googlear,
qué te parece
-Claro que sí, y vamos a
imprimir otro mapa de la ciudad con más detalles
Ese mismo fin de semana lo
pasamos consultando mapas de Praga en la internet y estudiando las dos guías
hasta que logramos hacer un itinerario interesante, además de reservar una
habitación en un antiguo, bello y no-tan-caro hotel en Hradčany cerca del Castillo de Praga, el de Kafka, en el que basó
la novela del señor K. Esas noches soñé con la Praga que imaginaba, con los
laberintos de la Malá Strana y de la
Ciudad Vieja, la Staré Mesto, con el
barrio judío, con la Vieja-Nueva Sinagoga del Rabino Loew en cuyos altos se
creía que había vivido el terrible Golem, un gigante hecho de barro a quien el
rabino había insuflado vida con palabras secretas de la cábala.
El dos de enero, tras recibir
el año en la Puerta de Brandemburgo, a menos ocho grados centígrados, y cenar
arenque y salmón ahumado con el clarísimo vino Riesling, fuimos a la Hauptbahnof,
la estación central de tren de Berlín, compramos los boletos y tomamos el tren.